El Calcio es un mineral fundamental para el sistema de la vaca lechera: interviene en la transmisión nerviosa, en la concentración muscular y el sistema inmunológico. Las vacas excretan a diario gran cantidad de Calcio, es por eso que necesitan un gran aporte de este mineral.
Los niveles normales de Calcio en sangre deben ser superiores a los 8,5 mg/dl, pero debido a la alta demanda de este mineral, su nivel en sangre suele ser inferior. Cerca del 50% de las vacas lecheras presentan hipocalcemia subclínica en el posparto. Esto se debe a que la demanda de Calcio después del parto aumenta de 5 a 10 veces en comparación a la demanda previa al
mismo. (Horst et al, 2005).
Hipocalcemia clínica y subclínica
La hipocalcemia clínica es cada día menos común y afecta desde
5 a 10% de los animales. En cambio, la subclínica, es muy prevalente y afecta a cerca del 50% de los animales. Las dos son consideradas un punto de partida para otras enfermedades, reduciendo significativamente la posibilidad de plena productividad en el siguiente período de lactancia (Goff et al., 2014).
Las vacas con hipocalcemia subclínica pueden presentar disminución en el consumo, lo que favorece el aumento de la movilización de grasa y hace que estén más predispuestas a desarrollar cetosis. Además, presentan una contracción muscular comprometida y, por ende, se encuentran más expuestas al timpanismo, distocia, prolapso uterino e inclusive mastitis. El compromiso de la función inmune también es habitual en estos casos, lo que puede dar lugar a contraer otras enfermedades.
Como consecuencia, las vacas con hipocalcemia subclínica producen menos leche, tienen mayor incidencia de desplazamiento de abomaso y riesgo de descarte a 60 días (ver tabla 1) y menor fertilidad.
Tratamiento y prevención: dieta aniónica con fuente palatable
No existe un tratamiento eficaz para la hipocalcemia subclínica, por lo tanto, se deben tomar todos los recaudos posibles.
Para prevenirla de manera correcta se debe modular el metabolismo del calcio en el preparto. La forma correcta de hacerlo es suministrar una dieta aniónica o con DCAD (diferencia de cationes-aniones dietarios) negativa. Como resultado, las vacas alimentadas bajo una dieta aniónica, obtienen un pH sanguíneo levemente ácido, haciendo que el calcio en el metabolismo se vea optimizado. Al mismo tiempo, esto aumenta la extracción de calcio de los huesos y la absorción intestinal, permitiendo por defecto que los niveles de calcio disponibles en el torrente sanguíneo, sean mayores y puedan ser utilizados por los animales.
Cuando hablamos de DCAD, los minerales más importantes son el Sodio (Na) y el potasio (K) con carga positiva y Cloro (Cl) y Azufre (S) con carga negativa. La fórmula de DCAD más usada es la siguiente: DCAD = (Na + K) – (Cl + S). Entonces, una dieta con DCAD negativa debe contener más Cl y S que Na y K.
En términos generales, las dietas con alta carga de Cl y S pueden tener mala palatabilidad y terminar siendo responsables de disminuir aún más el consumo de materia seca por las vacas en el preparto. Aquellas vacas con bajo consumo en el preparto, suelen tener menor consumo en el posparto, siendo entonces, más susceptibles a presentar enfermedades posparto.
Uniendo una buena palatabilidad con una correcta carga de Cl y S en la dieta puede resultar clave para el éxito en la fase de transición.
Para solucionar este problema, Phibro Animal Health a desarrollado una fórmula exclusiva de un suplemento mineral aniónico llamado ANIMATE®, distribuido por Agrovet Chile, ideal para dietas preparto, con una formulación que utiliza Cl y S impregnados en melaza y DDG, lo que le da una buena palatabilidad unida al perfecto equilibrio catiónico aniónico negativo de la dieta, optimizando el metabolismo del calcio y reduciendo así el riesgo de hipocalcemia. Las vacas alimentadas mediante una dieta con DCAD negativa tienen mayor concentración de calcio sérico y menor predisposición a todos los trastornos mencionados anteriormente. Pero no basta con sólo suministrar una dieta aniónica; lo más importante es asegurarse que la dieta esté funcionando, y la forma más fácil y rápida de confirmarlo es a través del pH urinario. En un relevamiento hecho en 4 estados de Brasil por alumnos de Conapec Jr – empresa júnior de Unesp Botucatu – se constató que el 64% de los campos proveían una dieta aniónica, aun así, el pH urinario de los animales no era el adecuado. Esto indica que buena parte de los campos utiliza dicha tecnología; sin embargo, no obtiene los resultados esperados. Uno de los principales motivos que puede llevar a este escenario es que muchos establecimientos, por miedo a usar una dosis alta de Cl y S, y a tener problemas de consumo, terminan usando dosis bajas y, en consecuencia, no alcanzan los resultados esperados (ver figura 1).
Estudio de casos aplicados
En un trabajo desarrollado por el departamento técnico de
Phibro, EE. UU., se mostró que las vacas que ingirieron una mezcla aniónica regular tuvieron un consumo más bajo que el grupo control (DCAD positiva), pero cuando se utilizó la misma carga aniónica, esta vez con una fuente aniónica más palatable (Animate®), se observó que el consumo de materia seca fue mayor que con la mezcla aniónica regular e igual al del grupo control. Uno de los principales objetivos en el preparto es suministrar una dieta aniónica que proporcione un consumo conveniente y un pH urinario adecuado. La recomendación actual es dar esta dieta durante los 30 días previos al parto, llegando a una DCAD de -10 a -15 meq/100g. Así, el pH urinario estará entre 5,5 y 6,0. El objetivo es que el 80% de las vacas estén dentro de ese rango de pH (una fluctuación muy grande de esta cifra puede causar problemas).
Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad de Cornell, comparó la administración de una dieta aniónica con una fuente palatable versus la administración de una dieta control (DCAD +).
En la Tabla 2, observamos los resultados: las vacas alimentadas
con una dieta aniónica con palatabilidad adecuada no tuvieron
una depresión significativa en el consumo preparto. Por el contrario,
tuvieron un pH urinario preparto adecuado y, en consecuencia,
presentaron niveles más altos de Calcio sérico posparto, mayor ingesta de materia seca y mejor producción de leche.
Consideraciones finales
En resumen, sabemos que la hipocalcemia subclínica es muy prevalente en las vacas lecheras, afectando casi al 50% y siendo causal de grandes daños. La mejor manera de prevenir es una dieta aniónica preparto con una fuente de buena palatabilidad. Esta resulta eficaz cuando logra acidificar realmente la sangre. La frecuente medición del pH urinario es la manera más simple y barata de confirmar si la “acidez” de la dieta es la correcta.
El principal aspecto en el que hay que enfocarse en el preparto, es en tener una buena acidificación sanguínea con el máximo consumo de materia seca.
Cristian Lembach Rojas
Jefe de Línea Salud Animal Bovinos
Agrovet SpA.
*La bibliografía citada en el presente artículo se encuentra a disposición de los lectores